Con el año recién estrenado, seguro que te has planteado qué aspectos de tu vida cotidiana puedes mejorar. Te proponemos comenzar por el más importante: la salud. Aunque a menudo cometemos el error de dejarla de lado, no hay que perder de vista que el bienestar físico y mental es la clave para disfrutar de nuestro día a día con plenitud: el trabajo, la familia, los amigos, la pareja... Si nuestro organismo no está al 100%, el resto de facetas quedará eclipsado.
Afortunadamente, cada vez somos más conscientes acerca de la necesidad de cuidarnos. De ahí el innegable protagonismo que están adquiriendo los profesionales del ámbito sanitario y del bienestar personal: nutricionistas, expertos en terapias naturales, técnicos de fitness... De hecho, cada vez son más los cursos que proporcionan una buena formación en estas disciplinas, un requisito fundamental para acceder a un sector laboral en constante crecimiento.
Para ayudarte a alcanzar estos propósitos, te ofrecemos un decálogo de consejos que contribuirán a mejorar tu salud.
- Toma mucha fibra. Este componente es indispensable para un buen funcionamiento del tránsito intestinal. Una ingesta correcta de frutas, verduras, hortalizas, cereales (especialmente si son integrales) y frutos secos te garantizarán un aporte adecuado de fibra. Asimismo, también puedes consumir otro tipo de productos enriquecidos con fibra, como por ejemplo, determinados lácteos.
- Reduce las grasas. Diversos estudios recomiendan que el consumo de grasas no supere el 30% de las calorías que ingerimos a lo largo del día. A su vez, conviene optar por las grasas insaturadas y de origen vegetal (como el aceite de oliva, girasol o maíz), limitando al máximo las grasas saturadas (de procedencia animal) e hidrogenadas (presentes sobre todo en los productos de bollería industrial).
- Prescinde de los carbohidratos refinados. Los alimentos y bebidas con grandes dosis de azúcar (como los pasteles o los refrescos) no son aconsejables, aunque pueden tomarse con moderación.
- Limita la sal. Una ingesta excesiva de sodio favorece la hipertensión y la retención de líquidos. Redúcela al máximo en tu dieta.
- Bebe 2 litros de agua. No hay que olvidar que el 75% de nuestro cuerpo se compone de agua, por lo que una buena hidratación es fundamental para depurar nuestro organismo y ayudarle a eliminar toxinas.
- Stop a los hábitos negativos. Prescinde al máximo de las bebidas con cafeína y otros estimulantes, suprime el tabaco y limita la ingesta de alcohol. En pocos días, notarás la diferencia.
- Haz ejercicio regularmente. Caminar, subir escaleras, levantar pesos ligeros o realizar una tabla de ejercicios de baja intensidad a diario te ayudarán a mantenerte en forma. Y si te animas a apuntarte a un gimnasio, mejor que mejor.
- Mantén un peso saludable. Si quieres adelgazar, ponte en manos de un experto en nutrición y, sobre todo, evita los cambios de peso demasiado bruscos.
- Duerme por los menos 7 horas diarias.
- Reduce tu nivel de estrés. Seguir algunas técnicas de relajación te ayudarán a dejar de banda las preocupaciones y mejorar tu bienestar.
Fuente : quecursar.com