“Las personas que sufren este trastorno no consiguen conciliar el sueño antes de las 2 o las 3 de la madrugada, en algunos casos incluso tienen que esperar a las 4”, explica Leon Lack, responsable de la investigación. Según Lack, en torno a un 10 o un 15% de los adolescentes y los adultos jóvenes sufre este problema.
El argumento que de momento más les convence para explicar este trastorno es que el reloj biológico de estos individuos dura más de 24 horas, de manera que no coincide con el “ritmo natural”. Si se confirma, debería potenciarse el tratamiento mediante terapia con luz brillante muy temprano por la mañana para inducir un estado de alerta por la mañana y la melatonina para inducir somnolencia al llegar la noche.
Fuente : muyinteresante.es