martes, 29 de abril de 2014

Diez profesiones digitales que tendrán mucha importancia en el futuro


Hay una serie de profesiones que bien están en plena expansión bien tendrán esa expansión en un futuro no muy lejano. Para todos aquellos jóvenes que se pregunten qué estudiar... tengan claro que el futuro está en las profesiones digitales.
Empresa y tecnología se han unido y no parece que vayan a separarse nunca, por ello, las profesiones que parece que tendrán mayor éxito e importancia en el futuro son aquellas íntimamente ligadas al mundo digital.
Hemos querido acercaros una lista de seis profesiones con mucho futuro pero ya vigentes, y otras cuatro que seguro que tendrán un gran protagonismo en el futuro pero aún no lo tienen.
Analista web: es quien entiende, recopila y monitoriza todos los datos de una campaña de marketing digital. No puede faltar en ninguna empresa de marketing.
Community Manager: está cobrando gran notoriedad en los últimos tiempos. Se encarga de estar en contacto directo con los clientes y usuarios, resolver sus dudas y detectar posibles crisis o problemas para la empresa.
Social Media Strategist: deben potenciar la comunicación de la marca con el exterior a través de campañas online, marketing digital y otras estrategias.
Director de Marketing Digital: se encarga de dirigir al equipo que debe adaptar las estrategias de marketing al entorno digital e internet, establece planes y estrategias para los medios online, etcétera.
Emprendedor Digital: son muchos los casos de emprendedores en el mundo digital y de internet que han logrado un gran éxito. Pero no es un éxito gratuito, es necesario que el nuevo emprendedor tenga una formación importante.
Consultor E-Commerce: toda empresa que pretenda conquistar el mundo de internet necesitará un buen asesor de economía digital que le permita conocer el medio digital.
Esas seis profesiones tienen ya mucha notoriedad, y estas cuatro la tendrán dentro de poco:
Modelo de Gadgets: serán los encargados de enseñar en pasarelas, redes y campañas publicitarias de todo tipo los nuevos productos que las empresas pretendan meter en el mercado.
Trader de Criptodivisas: la llegada del Bitcoin hace suponer que tener expertos en estas divisas digitales será necesario en muchas empresas.
Redactor cuantitativo: se trata de un redactor con formación en economía y estadística que le permita acercarse al mundo digital de la manera más completa posible.
Experto en seguridad y piloto de drones: la llegada de los drones y su aplicación en campos bien diferentes hace pensar que permitirán la creación de muchos puestos de trabajo.

Fuente : eleconomistaamerica.pe

sábado, 26 de abril de 2014

7 cosas por las que los madrugadores se diferencian del resto

Dentro de cada uno de nosotros hay un reloj determinado por nuestra genética. No puedes darle cuerda ni oír su tic tac, pero seguro que cada mañana notas sus efectos.
Para muchos de nosotros, este reloj interno (llamado ritmo circadiano) tiene programado de forma natural un ciclo ligeramente superior a 24 horas. Alrededor de una cuarta parte de la población tiene un ritmo circadiano de más de 24 horas, lo que provoca que estas personas quieran acostarse más tarde. Otra cuarta parte de la población tiene un ritmo circadiano que dura menos de 24 horas, lo que hace que estas personas se levanten más temprano por las mañanas.
Los tres grupos de personas (las que se acuestan tarde, las que se levantan temprano y las que se sitúan en un término medio) constituyen lo que llamamos “cronotipos”. La típica división entre madrugadores y trasnochadores puede deberse a una cuestión científica. La mayoría de las personas no es ni una cosa ni la otra; son neutras, pertenecen a un tipo intermedio, y suelen levantarse cuando se hace de día y desconectar cuando empieza a hacerse de noche, afirma Frederick M. Brown, profesor asociado de psicología y director del Human Performance Rhythms Laboratory de la Universidad Estatal de Pensilvania.
Entre las personas diurnas y las nocturnas también hay casos extremos y leves, asegura Michael Smolensky, de la Universidad de Texas en Austin. Utilizando un símil ornitológico, los más madrugadores serían alondras y los más trasnochadores, búhos.
Cuanto más extremo sea el cronotipo, más difícil resultará a la persona cambiar sus hábitos del sueño. En algunos casos, las “alondras” se levantan incluso antes de que se haga de día, afirma Brown. “Su reloj interno les dice ‘Ya has dormido suficiente, puedes levantarte’, independientemente de lo que diga su despertador, y de que sea o no de día”, explica. Limitar el uso de luz artificial por la noche y dejar que entre luz natural por la mañana puede ser útil para cambiar los ciclos de sueño, hasta paralos “búhos”.
Con la edad, nuestros cronotipos cambian, al menos ligeramente. Los adolescentes suelen ser más trasnochadores, asegura Brown. Como el tiempo total de sueño disminuye con la edad, las personas mayores tienden a hacerse más madrugadores. En cambio, según el profesor Brown, la mayoría de nosotros somos neutros.
Aunque las verdaderas “alondras” no son muy frecuentes, puede que tú seas una de ellas si te identificas con las siguientes afirmaciones.
1. Los madrugadores son más felices



Una persona diurna suele tener una actitud más alegre. Las investigaciones sugieren que existe un vínculo entre la felicidad y los jóvenes con hábitos diurnos, pero, Renee Biss, estudiante de la Universidad de Toronto y del Rottman Research Institute, y sus compañeros se empeñaron en incluir a los adultos y ancianos en la ecuación. “Descubrimos que la diurnidad tanto en jóvenes como en mayores estaba asociada a un mayor número de experiencias positivas”, cuenta al HuffPost. Los madrugadores también afirmaron que se sentían más sanos, nos explicó.
Hay dos explicaciones posibles, cuenta Biss. Puede que los trasnochadores sean menos felices porque el horario de 9 a 5 les resulta mucho más duro, o puede que haya “algo beneficioso en el hecho de levantarse temprano”, explica, como una mayor exposición a la luz natural, que actúa como estimulante.
2. Sacan mejores notas
Según un estudio de 2008 de los alumnos de la Universidad de Texas, las notas de los estudiantes que se identificaron como personas diurnas eran un punto superior a las de sus compañeros nocturnos, tal y como informó WebMD. Esta diferencia en los resultados podría deberse a los patrones de comportamiento de las personas diurnas: tienden a acostarse más temprano, por lo que evitan un buen número de actividades nocturnas que les podrían distraer, y además se levantan temprano, lo que hace que les resulte más fácil llegar a clase a tiempo y encontrar más huecos para estudiar,explicó a WebMD el investigador Daniel J. Taylor, profesor adjunto de psicología en la Universidad del Norte de Texas.
3. No le dan al botón de repetición de la alarma
¡Porque no lo necesitan! “En general, las personas diurnas se despiertan rápidamente, sin apenas aturdimiento”, listas para empezar directamente con el grueso de la actividad, asegura Brown. Las personas diurnas muestran “mucha energía y alegría por la mañana”, afirma Smolensky.
4. Son más productivos… (adivina)... por la mañana
morning people
Antes de que un búho se sacuda el rocío de la mañana, la alondra ya ha salido a correr, se ha preparado el desayuno y ha mandado unos cuantos e-mails. Las alondras prefieren planificar sus actividades por la mañana temprano, sobre todo si se trata de algo “que plantea un desafío cognitivo”, asegura Biss.
5. Son más meticulosos
En la gama de personalidades, la gente más meticulosa es también más eficiente, organizada y con claros objetivos, además de que normalmente también prestan más atención a los detalles. Algunas investigaciones asocian a las personas diurnas con la meticulosidad, explica Brown, pues suelen estar “más alerta, casi ansiosas, en un sentido positivo”, afirma. La meticulosidad también se cita en algunos artículos como la razón de que las personas diurnas se anticipen a los problemas y reaccionen con más rapidez ante los mismos.
6. Tienen menor riesgo de depresión
Algunos estudios vinculan el deseo de quedarse despierto hasta tarde con un mayor índice de depresión.
Sin embargo, no está claro si esto se produce por algo inherente a las personas nocturnas o por las exigencias que impone la sociedad. “Las personas diurnas son las que han establecido las reglas de la sociedad: cuándo hay que levantarse, cuándo se organiza todo y cuándo hay que cerrar”, asegura Brown. “La gente nocturna no tiene elección”, y a menudo se pasa la vida con una falta de sueño crónica. Esto ya es suficiente para poner en riesgo la salud física y mental de cualquiera.
7. Pueden ser más simpáticos
En un pequeño estudio de 2013, se mostró que las “alondras” tenían menos probabilidades que los “búhos” de poseer rasgos de personalidad propios del “triángulo oscuro” (narcisismo, maquiavelismo y psicopatía), puesto que la oscuridad de la noche permitiría que las personas nocturnas llevaran a cabo maniobras oscuras sin ser pilladas.

lunes, 21 de abril de 2014

221 insultos en castellano que deberías saber




El castellano es un idioma muy rico. Un hecho insólito si tenemos en cuenta que la mayoría de sus hablantes son, a día de hoy, mileuristas. Sin embargo, el español medio desconoce en gran medida una parte muy importante de nuestro extenso vocabulario.

Según expertos en lingüística como Fundeu BBVA, un ciudadano medio español no usa más de 1.000 palabras y sólo los muy cultos alcanzan las 5.000. Por eso, para ponerle remedio a este descalabro que desaprovecha de manera descarada las posibilidades de nuestra lengua, en GQ hemos decidido ayudaros a conocer esas palabras que la mayoría desconoce. Y como sucede siempre cuando uno comienza a aprender un idioma nuevo, empezaremos por lo más importante: los insultos.

He aquí, pues, una lista con 221 insultos que nos brinda el castellano y que tú deberías controlar.

1. Abanto
2. Abrazafarolas
3. Adufe
4. Alcornoque
5. Alfeñique
6. Andurriasmo
7. Arrastracueros
8. Artabán
9. Atarre
10. Baboso
11. Barrabás
12. Barriobajero
13. Bebecharcos
14. Bellaco
15. Belloto
16. Berzotas
17. Besugo
18. Bobalicón
19. Bocabuzón
20. Bocachancla
21. Bocallanta
22. Boquimuelle
23. Borrico
24. Botarate
25. Brasas
26. Cabestro
27. Cabezaalberca
28. Cabezabuque
29. Cachibache
30. Cafre
31. Cagalindes
32. Cagarruta
33. Calambuco
34. Calamidad
35. Caldúo
36. Calientahielos
37. Calzamonas
38. Cansalmas
39. Cantamañanas
40. Capullo
41. Caracaballo
42. Caracartón
43. Caraculo
44. Caraflema
45. Carajaula
46. Carajote
47. Carapapa
48. Carapijo
49. Cazurro
50. Cebollino
51. Cenizo
52. Cenutrio
53. Ceporro
54. Cernícalo
55. Charrán
56. Chiquilicuatre
57. Chirimbaina
58. Chupacables
59. Chupasangre
60. Chupóptero
61. Cierrabares
62. Cipote
63. Comebolsas
64. Comechapas
65. Comeflores
66. Comestacas
67. Cretino
68. Cuerpoescombro
69. Culopollo
70. Descerebrado
71. Desgarracalzas
72. Dondiego
73. Donnadie
74. Echacantos
75. Ejarramantas
76. Energúmeno
77. Esbaratabailes
78. Escolimoso
79. Escornacabras
80. Estulto
81. Fanfosquero
82. Fantoche
83. Fariseo
84. Filimincias
85. Foligoso
86. Fulastre
87. Ganapán
88. Ganapio
89. Gandúl
90. Gañán
91. Gaznápiro
92. Gilipuertas
93. Giraesquinas
94. Gorrino
95. Gorrumino
96. Guitarro
97. Gurriato
98. Habahelá
99. Huelegateras
100. Huevón
101. Lamecharcos
102. Lameculos
103. Lameplatos
104. Lechuguino
105. Lerdo


106. Letrín
107. Lloramigas
108. Longanizas
109. Lumbreras
110. Maganto
111. Majadero
112. Malasangre
113. Malasombra
114. Malparido
115. Mameluco
116. Mamporrero
117. Manegueta
118. Mangarrán
119. Mangurrián
120. Mastuerzo
121. Matacandiles
122. Meapilas
123. Melón
124. Mendrugo
125. Mentecato
126. Mequetrefe
127. Merluzo
128. Metemuertos
129. Metijaco
130. Mindundi
131. Morlaco
132. Morroestufa
133. Muerdesartenes
134. Orate
135. Ovejo
136. Pagafantas
137. Palurdo
138. Pamplinas
139. Panarra
140. Panoli
141. Papafrita
142. Papanatas
143. Papirote
144. Paquete
145. Pardillo
146. Parguela
147. Pasmarote
148. Pasmasuegras
149. Pataliebre
150. Patán
151. Pavitonto
152. Pazguato
153. Pecholata
154. Pedorro
155. Peinabombillas
156. Peinaovejas
157. Pelagallos
158. Pelagambas
159. Pelagatos
160. Pelatigres
161. Pelazarzas
162. Pelele
163. Pelma
164. Percebe
165. Perrocostra
166. Perroflauta
167. Peterete
168. Petimetre
169. Picapleitos
170. Pichabrava
171. Pillavispas
172. Piltrafa
173. Pinchauvas
174. Pintamonas
175. Piojoso
176. Pitañoso
177. Pitofloro
178. Plomo
179. Pocasluces
180. Pollopera
181. Quitahipos
182. Rastrapajo
183. Rebañasandías
184. Revientabaules
185. Ríeleches
186. Robaperas
187. Sabandija
188. Sacamuelas
189. Sanguijuela
190. Sinentraero
191. Sinsustancia
192. Sonajas
193. Sonso
194. Soplagaitas
195. Soplaguindas
196. Sosco
197. Tagarote
198. Tarado
199. Tarugo
200. Tiralevitas
201. Tocapelotas
202. Tocho
203. Tolai
204. Tontaco
205. Tontucio
206. Tordo
207. Tragaldabas
208. Tuercebotas
209. Tunante
210. Zamacuco
211. Zambombo
212. Zampabollos
213. Zamugo
214. Zángano
215. Zarrapastroso
216. Zascandil
217. Zopenco
218. Zoquete
219. Zote
220. Zullenco
221. Zurcefrenillos

Fuente : revistagq.com

Cómo convertir una idea en una empresa millonaria


has tenido una idea genial pero no sabes cómo transformarla en una empresa millonaria. si quieres terminar montado en el dólar debes antes tener claras ciertas claves como son la de saber escoger un buen socio que aporte conocimiento, rehacer las veces que haga falta la idea inicial, contar con un buen inversor (que participe en la empresa) o realizar un buen prototipo de tu negocio
estos son los 10 pasos para convertir una idea en una empresa millonaria según los chicos del portal californiano especializado funders and founders:
1.- encuentra un producto o una idea que sea popular pero creas que se pueda mejorar. a menudo se dice en los círculos de emprendedores que la idea no tiene por qué ser “genial”, sino estar bien planificada y trabajada
2.- piensa bien cómo puedes mejorar ese producto. es necesario contar con una mentalidad empresarial. estudia el proyecto en detalle
3.- realiza un prototipo de lo que será el producto, la aplicación o el servicio. en este momento olvídate de buscar financiación y hacerte un lio con inversores. es el momento de desarrollarlo
4.- valídalo. presenta tu prototipo de empresa a un público objetivo de unas 100 personas
5.- vuelve a rehacer el producto y completarlo las veces que haga falta con las opiniones e ideas que consideres válidas. es el momento de empezar a probarlo. una buena idea puede ser subirlo a un portal o colocarlo en una plataforma de financiación masiva (tipo kickstarter), para ver cómo reacciona la gente a tu proyecto. si tiene acogida
6.- busca un socio (no capitalista) de algún sector que pueda aportar conocimiento y valor añadido a tu proyecto. es el momento de crear la empresa con ese socio a partes iguales
7.- ahora si ha llegado el momento de buscar un buen inversor. si el proyecto no ha recibido apoyo en crowdfounding siempre se pueden buscar mecenas particulares a modo de business angels o ir al banco a buscar financiación. en el caso de que sea un inversor particular ofrecerle a cambio una participación en la empresa de alrededor del 10%
8.- en este punto tenemos una empresa creada, la idea trabajada y financiación para ponerla en marcha. es el momento de hacer el producto o servicio en su versión final
9.- una vez desarrollado ahora llega el momento más importante. el objetivo es venderle a 1 millón de personas tu producto (obviamente depende del precio). esta cifra nos dará visibilidad y nos ayudará a conseguir ingresos y más inversores
10.- una vez comprobemos que el producto es un éxito llega el momento desacarlo a bolsa. de aquí en adelante el siguiente paso para hacerse millonario es vender las acciones o ampliar capital para seguir creciendo. en cualquiera de los dos casos lo lógico sería que ya tuvieras dinero suficiente como para retirarte
 escrito por @jpicazofeliu

viernes, 18 de abril de 2014

La mala costumbre .



La mayoría de nosotros vive pensando que esto será eterno. Que somos inmortales y que las desgracias solo le pasan al de al lado. Vivimos inmersos en una ignorancia que nos hace débiles y solo lamentamos lo ocurrido cuando ya es demasiado tarde.
Y es que…
Tenemos la mala costumbre de dejar para luego, de reír poco y de querer hacerlo mañana. Tenemos la mala costumbre de echar de menos, en lugar de hacerlo de más. La mala costumbre de usar los luegos y no los ahoras. Luego te llamo, luego te escribo, luego te contesto, luego nos vemos. Y obviamente nunca llamó, nunca escribió, nunca contestó y nunca fue visto. Tenemos la mala costumbre de querer tarde. De valorar tarde. De pedir perdón demasiado pronto. Debería haber un número máximo de perdones. Perdonar nos hace grandes, de acuerdo, pero cuando tienes que perdonar todos los días, al final un lo siento se convierte en el comodín de cualquier pretexto injustificado, innecesario e inmerecido. Tenemos la mala costumbre de defender al malo y descuidar al bueno. De contar mentiras tra la rá y de tener que hacer un máster para descubrir verdades. Mantenemos en nuestra vida “amigos” porque sí y llenamos nuestras agendas de compromisos a los que realmente no queremos ir. Tenemos la mala costumbre de sentirnos mal por decir no y de creernos mejores por decir si.
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Tenemos la mala costumbre de esperar a un cáncer, a una mala noticia o a una llamada de que alguien querido se nos fue, para tomar las riendas de nuestra vida y empezar a apreciar cada puesta de sol, cada mañana que te levantas de la cama y cada luna que abrazas en tu almohada. Tenemos la mala costumbre de usar el descuido a diario, olvidando que los pequeños detalles importan, que los pequeños detalles construyen grandes caminos y que cada lunes, puede ser el mejor día de la semana. Tenemos la mala costumbre de quejarnos por todo, de culpar siempre al otro porque claro, tú eres un ser perfecto y nunca, nunca, haces nada. Siempre es la parte contraria. Decimos muy pocoste quieros y hacerlo por primera vez es como “buf que va, no vaya a ser que se asuste”. ¿Asustarse de qué? ¿Cómo una persona puede asustarse porque alguien le quiera?.
Asústate si algún día te vas a la cama sin sentir que quieres a otra persona.
Asústate el día que te vayas a dormir sin decirle a esa persona lo importante que es parati.
Asústate cuando no le des besos a tu madre y a tu padre.
Asústate cuando seas incapaz de abrazar a alguien y sentir esa sensación tan extraordinaria que producen los abrazos.
Asústate cuando las defensas de tu cuerpo se hayan vuelto inmunes al dolor ajeno.
Y cuando veas una injusticia y no hagas absolutamente nada para remediarlo.
Asústate cuando pases un solo día sin ayudar a alguien.
Asústate de verdad, porque créeme. Estás muerto.

Y es que…
Tenemos la mala costumbre de trabajar demasiado, de cargar con una mochila llena de cosas innecesarias y de comer más de lo que nuestro cuerpo necesita. Tenemos la mala costumbre de creernos mejores que los demás, de bailar poco, fumar mucho y respirar a medias. Tenemos la mala costumbre de ir caminando por las calles de nuestra ciudad mirando al suelo, o a nuestro teléfono móvil. ¿Alguna vez te has dado cuenta de lo bonitos que son los edificios de esas calles por las que pasas a diario? Por no hablar de la luz de las estrellas.
5863482_fTuP1igt_c_largeTenemos la mala costumbre de empezar el gimnasio la semana que viene. De cuidarnos cuando ya es demasiado tarde y de tomar vitaminas cuando estamos enfermos. Tenemos la mala costumbre de creer que el pelo de aquella es mejor que el nuestro. Que su suerte es nuestra desdicha y de compararnos como si fuésemos presa de alguien que busca en comparadores de Internet. Tenemos la mala costumbre de medirnos por nuestros estudios o por nuestra altura. De confundir la belleza con la delgadez y de creernos que no somos capaces de conseguirlo, porque alguien una vez así, nos lo hizo creer. Y no fue nadie más que tú mismo.
Tenemos la mala costumbre de apuntarnos a clases de idiomas, cuando ni siquiera dominamos el nuestro. De querer conocer mundo y viajar lo más lejos posible cuando aún, nos quedan lugares maravillosos por descubrir en nuestra propia tierra. Tenemos la mala costumbre de comer animales, de contaminar el mundo y de lavar la ropa en vez de nuestras conciencias. Tenemos la mala costumbre de escuchar poco y hablar demasiado. De dar consejos y juicios de valor sin ser conscientes del poder que pueden llegar a tener nuestras palabras. Dejamos demasiado pronto y tenemos muy poca paciencia. Objetos de usar y tirar, sin importarnos lo más mínimo su destino. Tenemos la mala costumbre de creernos que lo sabemos todo. Cuando realmente, no tenemos idea de nada.

Wasapeamos mucho,
dormimos demasiado
y follamos poco.

Nos pasamos media vida o vida entera, soñando esa vida perfecta que nos gustaría tener. Cuando somos ajenos a que realmente la vida perfecta es ahora. Es cada momento, cada instante de los segundos que marca el reloj de tus días. Es cada oportunidad, cada sonrisa, cada beso y cada vez que te enamoras. ¡ENAMORÉMONOS TODOS LOS DÍAS DE NUESTRA VIDA! No pongas barreras a tu corazón y deja los prejuicios para aquellos que llevan el cartel de cobarde escrito en tinta permanente. Ni con disolvente se va.

Empieza a acostumbrarte a esta vida que a veces es dura. Terriblemente dura. Pero no te lamentes ni te vayas nunca a la cama habiendo hecho daño alguien. Habiendo dejado para luego esos ahoras que nunca llegaron. No habiendo cumplido ese sueño que tanto querías, no habiendo hecho unos kilómetros de más ese día porque tu cuerpo estaba cansado. No permitas que alguien fallezca para luego recordarlo y decirle mirando su foto, cuánto le querías. No dejes que la rutina o la sensación de eternidad descuide lo verdaderamente importante de tu vida.
En definitiva, no dejes que la mala costumbre sea la invitada de honor en los días que te quedan por vivir a partir de hoy.
Quiere ahora, no mañana.

Lista de entradas