jueves, 21 de noviembre de 2013

Intentar las cosas dos veces


Siempre he creido que en esta vida hay que intentar las cosas dos veces, ni una, ni tres, sino dos. Por qué? Porque siempre se saca algo bueno de las segundas oportunidades, ya no solo con las personas, sino también con los objetivos que nos planteamos. Siempre puedes corroborar que algo no te gustaba o no estaba hecho para ti o por el contrario demostrar que realmente sí podías llegar a conseguir algo. Lo que queda claro es que de eata forma nunca te podrán decir que no lo probaste lo suficiente.
Volver a intentar un reto o un proyecto por segunda vez es sinónimo de impulso extra que te da el hecho de saber que no lo conseguiste anteriormente. Inconscientemente aprovechamos esa caída -que no fracaso, porque el fracaso nunca existe- para coger más fuerzas, alzarse otra vez, motivarse y volver a por ello.
Algo que sí es fundamental en cualquier ocasión es ponerse unos objetivos factibles y alcanzables, sino es como tirarse piedras sobre tu propio tejado. Las cosas hay que irlas construyendo poco a poco y contemplar la casa con perspectiva. Además no vale ser solo el arquitecto, hay que ser también el obrero. Nadie va a lograr tus objetivos por ti.
Por otro lado hay que tener muy claro que la línea entre motivación y desmotivación es muy fina. Cuando intentamos alcanzar un objetivo dos veces y no lo conseguimos es mejor fijar tu mente en otra meta y buscar otro tipo de motivación. De esta forma nunca perderemos las ganas para seguir buscando el éxito.
Por ejemplo, en el deporte, hay mucha gente que decide correr una maratón, es decir, 42 km sin haber hecho un entrenamiento con la preparación adecuada. Se inscriben en la carrera y entrenan a consciencia para ello, motivados, pero con un objetivo fijado erróneamente ya que cuando llega el día de la competición no son capaces de terminarla. En este caso quizá es mejor ponerse un objetivo alcanzable a corto plazo, como una carrera de 10 km, posteriormente una media maratón y una vez ya hemos conseguido los primeros objetivos poder luchar por el gran objetivo, la maratón.
También habrá el que decidirá no volver a intentarlo y se dirá eso de “pues nada, si no se ha podido, ya está”. Todos conocemos esta frase en mayor o menor grado, y no sólo hablo de deporte, sino también en el mundo empresarial. En Estados Unidos por ejemplo es muy frecuente, por no decir habitual, el caso del empresario de éxito que anteriormente puso en marcha otro proyecto y que al final no funcionó. Pero lo más importante es no desfallecer, no aceptar el fracaso, y volver a intentarlo, porque si algo es cierto es que en esta vida de todo podemos aprender.
Y de caerse se aprende, y se aprende mucho. Hace poco me dieron un consejo que, además, puede ayudar en situaciones en las que no se quiere volver a intentarlo: aprender de los errores de los demás antes que de los tuyos propios.
Y es que la motivación y la entrega por tus objetivos tiene un único resultado común en todas esas metas, sean o no deportivas y es la felicidad.

Lista de entradas