sábado, 19 de enero de 2013

El rechazo sexual influye en el consumo de alcohol



Aunque parezca mentira no estamos hablando de humanos sino de moscas de la fruta (Drosophila melanogaster). 

Un sorprendente estudio publicado enScience revela que los machos de mosca privados de mantener relaciones sexuales son más propensos a escoger comidas que contienen etanol. Los investigadores sospechan que un neurotransmisor llamado neuropéptido F (NPF) podría estar implicado en esta respuesta.


Los científicos, de la Universidad de California, ya sabían que el consumo de alcohol activa en las moscas de la fruta ciertos circuitos cerebrales relacionados con la sensación de placer. Por eso decidieron dar un paso más y analizar cómo se conectan a nivel cerebral distintos tipos de experiencias gratificantes. En primer lugar, pusieron a las moscas macho en dos tipos de situaciones. Los más afortunados compartían vial con varias hembras receptivas con las que pudieron copular. A la otra mitad de machos se les colocaba con una única hembra no receptiva. Tras 4 días seguidos de experimentar éxito o fracaso sexual, según el caso, las moscas fueron colocadas en viales que tenían dos tipos de comida: uno con un 15 por ciento de etanol y el otro libre de contenido alcohólico. 

Los investigadores esperaban que todas las moscas escogieran la comida alcohólica, pero sorprendentemente sólo las que habían "recibido calabazas" se decantaban por ella. Para tratar de explicar estos datos decidieron medir los niveles de NPF de los insectos, ya que en experimentos previos se había visto que este neurotransmisor se relaciona con el consumo de alcohol. Y encontraron que las moscas rechazadas tenían la mitad de NPF que aquellos que habían tenido relaciones sexuales.


Consumo de alcohol y depresión


Galit Shohat-Ophir, uno de los autores del trabajo, explica que los niveles de NPF podrían condicionar la elección del consumo de alcohol, ya que las moscas con menos NPF tenderían a elegir la comida con etanol para recuperar los niveles habituales.
Además, en los mamíferos existe una proteína análoga, llamada neuropéptido Y, cuyos niveles bajan en individuos deprimidos o que sufren algún tipo de estrés post-traumático, y que también influyen en el consumo de alcohol y drogas.
Los investigadores afirman que aún quedan muchos aspectos por entender, como por ejemplo el mecanismo por el que tras una experiencia sexual aumentan los niveles de NPF.

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